¿El tamaño importa?

Esta legendaria pregunta siempre ha causado interés en muchos hombres y mujeres, debido a que vivimos en una sociedad donde hemos aprendido a concebir lo erótico desde una mirada FALOCENTRISTA (centrada en el pene), y COITOCENTRISTA (centrada en la penetración pene-vagina).

Como resultado de esto el pene se ha vuelto el centro de la sexualidad, y además ha tenido una fuerte incidencia en la formación de la identidad masculina.

Desde esa mirada el tamaño del pene si ha sido importante para muchxs, debido a que se han erotizado en mayor medida los penes grandes (siempre reforzado por el porno). Entonces cuando nos encontramos con un pene pequeño nos puede resultar más difícil el erotizarlo (considerando que lo que erotizamos también depende de nuestra historia individual).

Si hablamos de anatomía y fisiología (en relación a penetración pene-vagina), es importante saber que la mayor cantidad de terminaciones nerviosas se encuentran en el primer tercio y entrada de la vagina. Los dos tercios internos y el final de esta (cuello uterino) están casi innervados, por lo que una penetración muy profunda puede causar molestias.

Entonces, el tamaño importa ¿Para qué? ¿Para quién?
La respuesta a esto, al igual que a todo lo relacionado con el placer sexual y la erótica, siempre estará sujeta a gustos y preferencias personales. Pero si de placer hablamos, un pene pequeño es capaz de producir placer al igual que un pene de mayor tamaño.

Al igual que cualquier parte del cuerpo, el pene varía de persona a persona, por lo que hay penes grandes, pequeños, largos, cortos, medianos, curvos, de diferentes colores, etc.

Existe una industria que lucra con las inseguridades y un modelo social sexual basado en la idea de un pene enorme como garantía de algo (lo cual no tiene fundamentos)

Y NO OLVIDAR QUE, HAY SEXO MÁS ALLÁ DE LA PENETRACIÓN
Se puede dar y recibir grandes cantidades de placer independientemente del tamaño del pene y de si hay un pene o no.